Club Maratón Tomares

Club Maratón Tomares

jueves, 21 de enero de 2010

San Nicolas del Puerto

SAN NICOLAS DEL PUERTO

Este año en la habitual Carrera de Montaña de San Nicolas del Puerto nos inscribimos del Club 9 socios, a saber Esteban “El Profe”, Ricardo, Fatima, Kilo Aledo, Luis, Juan Carlos Rocha, Manolo Ortega, Justo Conde y el que suscribe.

El reto en esta edición era mayor, pues a la ya habitual dureza de la carrera, desconocida para algunos, íbamos a participar como guias de la ONCE en el Campeonato de España de Carreras de Montaña para invidentes.

1º Dia – Salimos de Tomares sobre las 10h. Fatima, Ricardo, el profe y yo paara dirigirnos hacia Constantina, localidad donde habiamos reservado unas habitaciones para pasar el fin de semana. Nos fuimos dirección Carmona, y en esta localidad, aunque algunos crean que me perdi, entramos a tomar café junto al Parador. Allí repostamos y nos reíamos pensando en el reto que teniamos por delante. Y en honor a la verdad hay que decir que algunos ya andaban un poco miedosos ante la Carrera. Desde Carmona nos dirigimos hacia nuestro destino y ahora nos perdimos un poco, pero porque algunos me indicaron mal. Total unos kilometrillos más. Llegamos a nuestro destino y una vez seleccionadas las habitaciones y adecentados un poco nos dirigimos hacia San Nicolas del Puerto para comer en el Restaurante El Martinete. Esta vez me puse el primero para no perdernos, y así fue, aunque después me confesaron que dudaban de que supiera donde estábamos. Nos acomodamos y quedamos a la espera de que llegara Kilo Aledo junto a su familia, que estaban hospedados en Alanis. Comimos y nos planteamos la estrategia a seguir, es decir poquito a poco.

Después de comer paseo de rigor por los alredeores del Río Huesnar, lugar por donde transcurría la carrera y aunque el paraje es muy bonito comenzaron a surgir las primeras dudas. El Profe diciendo que lo habíamos engañado, que desconocia que fuese el Campeonato de España y que creía una temeridad correr con un ciego por esos lugares.

Ricardo más entero, pero con esa mirada diciendo “Que Cabr…nes”.

Fátima era la primera vez que participaba en esta carrera y tenía claro su objetivo: finalizarla.

Kilo Aledo ya la conocía y se había preparado un poco mejor que la edición anterior.

Y yo diciéndoles que no era para tanto, pero no me creían.

Despues del paseo recogimos los dorsales y nos fuimos al hotel.

A las 20,30h. acudimos al albergue juvenil de Constantina para reunirnos con el grupo de la ONCE, donde nos encontramos con el resto de equipo: Emilio, Bombero, Justo, Javier y todos los demás participantes, algunos de ellos conocidos de otras carreras.



Cenamos, nos despedimos, y nos ibamos derechos al hotel, excepto Fatima y Angel, que tenían otros planes. Llegamos El Profe, Ricardo y yo al hotel, y despues de un momento de vacilación acostamos a los más pequeños y nos fuimos al pueblo a degustar unos chupitos, y después de los mismos a descansar, no si antes advertir que esa noche se cambiaba la hora y escuchando murmullos atrás sobre la Carrera, que no se pueden reproducir.


Dia 2º ( Dia de la Carrera) – Me levanto el primero, allá sobre las 7, preparo todo el material y comienzo a desayunar. Aún no se han levantado los demás. Me voy a dar una vuelta por los alrededores del hotel. 7,45h. y recibo llamada del Bombero para indicarme que el autobús de la ONCE ya ha salido y que nos esperan a las 8,30h. en la Salida de la Carrera. Comienzo a ponerme un pelin nervioso. Llamo a Esteban ( sin respuesta), me doy una vuelta por la habitación de Ricardo, compruebo que está levantado, pero no sale de la habitación. Se estaba fumando un cigarrillo en el cuarto de baño con la ventana abierta. Llamo de nuevo a Esteban y con un grave “ya voy” presiento que se ha levantado nerviosillo. Desayunan y nos marchamos hacia San Nicolas del Puerto, recibiendo en el tramo una nueva llamada del Bombero, preocupado por nuestra tardanza. Una vez en la localidad comenzamos a repartir los dorsales y asignarnos los grupos.

El Profe participaría junto a Justo Conde Rosado y Alberto (ONCE), Ricardo participaría junto a Antonio Pacheco con Javier ( ONCE) y el que suscribe junto al Bombero participaría con Emilio ( ONCE).

Frío. Comenzamos a estirar y calentar.

Antes de la salida nos encontramos con el resto, que se habian desplazado ese mismo día. Entre ellos Juan Carlos Rocha, Luis, Fátima, que se levantó un poco más tarde, Manolo Ortega y Kilo Aledo.

Hora de la salida. Tensión en la misma.

La carrera comienza. Pronto comienzan las duras rampas del recorrido y nuestra barra se sitúa sospechosamente de las últimas. Antes de los primeros 5 kilómetros adelantamos a Esteban-Alberto-Justo, y a la de Ricardo-Javi-A. Pacheco, y comenzamos a marcar un ritmo cómodo, pero todo fue un espejismo. Emilio comienza a dar signos evidentes de cansancio por el kilómetro 10, y cuando encaramos una dura subida se viene abajo, que nos obliga a ir parándonos constantemente. Mejora algo en la bajada pero en una nueva subida no puede más, y cada 5 metros nos teníamos que parar. En ese punto de la carrera nos adelantan, con risa burlona, Esteban-Alberto-Justo y posteriormente Ricardo-Alberto-A. Pacheco.

Emilio no podía continuar y el Bombero también pasó un momento delicado, por lo que decidimos retirarnos en el próximo punto de avituallamiento, pues realmente la situacón era agónica. Llegamos al punto y nos encontramos a Ricardo-Alberto-A.Pacheco que tras el descanso comenzaban de nuevo la carrera. Descansamos lo suficiente y tras un breve periodo de reflexión Emilio se recuperó y decidió continuar. El resto era llano por la Via Verde y tan solo nos faltaba cruzar el Río Huesna, un pequeño tramo técnico y despues la llegada. Nos recuperamos un poco y a lo lejos divisamos una barra, que comprobamos era la formada por Ricardo-Javier-A.Pacheco. Adelantamos, con alguna dosis de acritud. Llegamos al final a meta.

Nos encontramos a Esteban, que nos estaba esperando eufórico, contento por haber acabado.

Después entraron Ricardo-Javier-A. Pacheco.

Nos aseamos y comimos un poco, momento en el que Esteban, con una enorme sonrisa en su cara, se dirigió a todos diciéndonos que había sido una experiencia magnifica a pesar de las dudas y temores del día anterior.

Nos marchamos al hotel, que llegamos muy tarde, con el consiguiente enfado de los propietarios. Recogimos las maletas, y sin ducharnos iniciamos camino de retorno a Tomares.

Paramos en una venta para comer algo. Risas. Satisfacción. Amistad y el compromiso de repetir la experiencia.