Club Maratón Tomares

Club Maratón Tomares

miércoles, 23 de mayo de 2007

Crónica de Domingo sobre la Tercera Marcha a El Rocio




El pasado viernes 18/5, a las 21/15, partimos desde el Polideportivo de Tomares, doce miembros (con perdón), del Club Maratón Tomares, con el inconmensurable Manuel “El Tijeras“ a la cabeza, para un año mas, realizar la proeza de llegar caminando a la Aldea de El Rocío.
Manuel (el Tijeras), Esteban (El Profe), acompañado de su vecino Carlos, Pablo (el iluminador), Joaquín Tejada (el pringue), Juan Carlos, Lutgardo, Antonio Vega, Sebi (el Yipi), nuestro Vicepresidente Ricardo (como representación institucional), Lopera y este modesto cronista Domingo (el esmayao), que con su último aliento escribe esta reseña.
En el momento de partir, todo el pueblo nos aclamó, al grito de “ … ahonde vais a esquiar hijo…”, lanzado por grupos de “canis” enfervorizadas, con las que nos cruzamos. Ciertamente que el ruido de los bastonazos sobre el asfalto, las lamparitas frontales, cual luciérnagas despistadas y los gorritos con los que se dejaron caer algunos del equipo, eran para asustar a cualquiera. No comprendo aún como no nos detuvo la Benemérita.
Y comenzamos El Camino”, cruzando el Pudio, frontales en ristre, algunos que parecía que viniese el Talgo, pero otros, mas bien parecía que viniese en la fila algún nazareno con su cirio . Empezando a comprender los neófitos, el significado de “el polvo del camino”, o quizás mas apropiado decir “el camino del polvo” vaya tela con el personal, si es que no paraban, aquello tenía mas tráfico que la SE-30 y nosotros con nuestros bastones y lamparitas (imagínense el susto de los que fueron sorprendidos en dichos menesteres del toma y toma), viendo pasar tal desfile“. Por cierto me tomé un zumito y para no llevar el envase vacío en la mano, le pedí a un compañero que lo guardase en mi mochila, a lo cual se brindó solícitamente, metiéndolo bocabajo, vaya “pringacha” que me formó.
La noche estrellada y apacible, nos permitió contemplar entre los “pinales“ las constelaciones ( vaya tropezones que dimos con eso de ir mirando pa´rriba), así como apreciar los olores y los sonidos de la naturaleza (los pocos que podían percibirse tras los bastonazos que pegaban algunos), siendo de destacar el croar de la conocida rana de la papa y los gruñidos de los “jabalines” (aunque siempre me quedó la duda de que fueran gases). Pero ni Linces, ni Ciervos ni ná de ná. Guiándonos en el horizonte, cual estrella de Oriente el resplandor de Villamarrique (o acaso estaban quemando rastrojos, porque mira que estaba lejos). Ya a esta altura de la marcha mi frontal formaba parte de los huesos de mi cráneo, vaya manera de pegarse (el mu hijo de p…..), cuando te alejabas un poco del grupo, podías contemplar el conjunto de lucecitas en la inmensa oscuridad de la noche, cual si fueran un puesto de turrón.
Por fin hicimos un alto, para reponer fuerzas, dar una culadita, hacernos unas placas conmemorativas y un pis ( alguno estuvo a punto de deshidratarse de lo que soltó), pudiendo identificarse perfectamente a aquellos que no miraban a donde debían, por el haz de luz de sus lamparitas. Alguno aprovecho además para perder algo de aceite, vaya reguero de grasa que iba dejando ( no lo nombro para no herir susceptibilidades, pero todavía tiene las manos negras ¿habrán salido las fotos en color?).
Y llegamos al vado de El Quema. Foto al canto ( algún comentario cáustico sobre las habilidades de reportero gráfico de Esteban y alguna nueva mancha de grasa que apareció)
Por fin llegamos al Camping y pudimos incluso degustar unas birras fresquitas (guantazos hubo por encontrar monedas pa la máquina). Nos dimos un “homenaje” de bocatas, manzanas, chocolate y sobre todo de quesitos, que alguno ingirió sin quitarle la cubierta de cera roja y luego pagó las consecuencias. Sacudida de calcetines y “palante”
Y llegamos a Villamanrique, donde estaba previsto que Juan Carlos nos dejara (obligaciones profesionales así lo reclamaban) , con lágrimas en los ojos se despidió del grupo, dejando traslucir en su mirada un “gracias a Dios” que me puedo ir. Se solidarizaron con él Joaquín y Carlos, que se “sacrificaron” para no dejarlo volver solo. Pero los que de verdad lloramos desconsoladamente, fuimos Ricardo y yo que hubiéramos dado un brazo por acompañarlos.
Partimos de Villamanrique, no sin que nos asaltara alguna duda respecto al camino a seguir, resuelta con audacia por nuestro guía con un incuestionable “por aquí”, al que nadie se osó cuestionar. ¡¡Que carreterita!!, ya empezaba a clarear el día y podíamos vernos los respectivos caretos, vaya desfile de sombreritos. Tras consultar nuestro “Yipi”, pudimos constatar que no teníamos ni pajolera idea de los kilómetros que faltaban. Tras cruzar el “Cancelin” (que yo no vi por ninguna parte), encaramos la Raya ( lo que hubiera dado Maradona…….). Absolutamente increíble, nunca se acababa No sabía si era peor ir por el centro del camino llenándote los zapatos de arena (varias toneladas en mi caso), o buscar las orillas y terminar cual faquir con los pies llenos de “espiguillas”, que hay que ver como se clavaban las muy hij…….. .

A Ricardo se le ocurrió la feliz idea de un 6x4 ó 4x6 (yo no me enteré muy bien), para descargar y sin mediar palabra todos salieron corriendo. A media Raya, nuestro amigo el “Vega”, que se había quedado retraso contemplando el paisaje, empezó a avanzar a una velocidad endiablada, ajeno a los pinchazos, cual si fuese en la pasarela mecánica de la Terminal de Barajas, perdiéndose de vista y llegando a poner en apuros al mismísimo Tijeras.

Abrevadero a las puertas de Palacio, ya estaba el sol “pegando”. Sacudida de calcetines y retirada de las doscientas veintiuna espiguillas de cada zapato. Refresco y a seguir. Alguien hizo un comentario sobre el “ ya no hay retorno” que no supe interpretar bien en ese momento.
Con el recuerdo emocionado de los compañeros que nos habían dejado en Villamanrique (afortunados hijos de p…. ) seguimos avanzando. Vaya calor, yo a estas alturas del camino, iba andando como el famoso presidente de la Xunta. Buscaba la sombra, como los toros las tablas y si no llega a ser por el solidario Lopera ( que para motivarme me fue pinchando en los costados con la punta de su bastón, al menos eso es lo que me decía que era …), yo me hubiera sentado llorando a la sombra de un pino a esperar a los del SEPRONA.
Puente del Ajolí, (“aholí" no hubiera venío, dijo alguno,“YO” concretamente), allí nos reagrupamos, (entiéndase todos esperándome y diciendo “pero donde cohone sa metío el Domingo), para realizar nuestra triunfal entrada en la Aldea. Siendo digno de mencionar la alegría de un señor con muletas, que cuando nos vió entrar se unió al grupo a todas luces andando mucho mejor que yo.
Y termino la marcha delante de la Blanca Paloma, tras postrarnos ante Ella, alguno ya no se pudo levantar mas, nos vaciamos por ultima vez los zapatos de arena, nos hincamos varias cervezas y vuelta a Tomares. Misión cumplida

OFICIALIZACIÓN DEL CLUB MARATON TOMARES


Se ha dado por terminada la formalización del Club Maratón Tomares. Rogamos a todos aquellos que no hayan entregado su ficha de Inscripción y la transferencia a la cuenta asignada en la Caja Rural del Sur lo hagan lo antes posible para poder empezar a trabajar en el nuevo plan estratégico. Podéis mandar las hojas de inscripción a la dirección de correo clubmaratontomares@gmail.com o bien directamente a Antonio Lopera. Así mismo os recuerdo que José Bellido tiene las muestras de la nueva equipación, es necesario el que os la vayáis probando y pasando las tallas a Antonio Lopera para poder hacer el pedido. Como me imagino sabéis, por problemas de tallaje, el pedido no podrá ser servido hasta finales de Agosto.