Club Maratón Tomares

Club Maratón Tomares

miércoles, 24 de marzo de 2010

Carrera de Montellano

II CARRERA FUERA DE PISTA

"Sierra de San Pablo"

14 de marzo 2.010

A principios de febrero, fuimos convocados por nuestro ilustre Presidente para acudir a una prueba, que se iba a celebrar en Montellano el día 14/3, aclarando textualmente ".... que se trataba de una carrerita, asequible para todos (12 km), en la que podríamos disfrutar de un buen día de campo entre pinares".

Fieles al compromiso, con nuestro amado Club, acudimos a la convocatoria Ricardo, Fátima, Antonio Feria, Juan Carlos Rocha, Antonio Ramírez, un servidor Domingo Pérez y el propio Lopera, que se trajo a su público de apoyo, así como Justo, Luis Jiménez y Pepe Bellido (aunque estos últimos se rajaron a última hora), se utilizaron justificaciones de toda indole, resfriados, tirones, incluso alguno dijo haberse puesto de parto. Alguien hubo que se apunto por libre y también se rajó por libre (por que por Montellano no se le vio).



















El día de la prueba comparecimos puntualmente (y es un decir), en el Polideportivo para iniciar la marcha, haciéndonos una foto conmemorativa, en la que ya surgieron las primeras dudas en cuanto a la prueba, pues alguien aportó el "perfil" de la misma publicado en internet y aquello parecía el electro de un esquizofrénico. Pero sin que decayera el ánimo iniciamos la marcha. Un día espléndido de sol y una única parada, para realizar acopio de carbohidratos. Que "peaso tostá" nos encajamos. Entre los tres camareros tuvieron que quitarle a uno la tarrina de la manteca colorá (Antonio no te preocupes que no voy a decir el nombre), ya no necesitó ni ponerse vaselina para las rozaduras.

Cuando arribamos a Montellano, tratándose de un equipo experto en pruebas de orientación, en donde además algunos ya habían estado el año anterior, no tuvimos problemas para dar con la "Plaza de la Romería", en pleno centro de Montellano, sobre todo cuando Lopera, con su experiencia y veteranía en este tipo de pruebas, no se le ocurrió preguntarle a otro, que al "tonto del pueblo", en la entrada del Cementerio. Vaya vuelta que dimos, por poco llegamos con la prueba finalizada, eso sí tuvimos una panorámica completa del pueblo de Montellano. Bueno al salir, nuestro querido "Lopera-Tour", también se perdió (y por supuesto todos detrás).






Ya en la prueba, propiamente dicha, todo dentro de lo previsto. El Spiker local, empezó a decir que anunciaría la salida con un cohete y que en el recorrido nos encontraríamos barro, piedras, multitud de arboles caidos. No os podeis imaginar la carita que se nos empezó a poner. (Algunos empezamos a pelearmos para coger en brazos a la niña chica y quitarsela a Maribel). Cuando dieron la salida algunos estábamos haciéndonos una foto y ni nos enteramos, salvo por el susto al escuchar el cohetazo (es que en Montellano no hay pistola). Creo que el cohete le dio al Lopera, pues ya no lo vimos mas en toda la prueba. Para nuestra sorpresa a los 5 minutos escasos de empezar a trotar, nos desviaron por entre los pinos (arboles caídos, piedras, barro, yerbajos) y nos dimos de bruces con un talud vertical, contra el que nos apelotonamos y empezamos a repechar a cuanto patas, agarrandonos unos a otros. Alguno parecía un loro, agarrándose hasta con la boca. Delante mía se escucharon varios improperios, cuando uno de los corredores, en el frenesí de la subida, metió el brazo hasta el codo en una autentica y espectacular "moñiga", ¡que pestazo! , menos mal que había charcos por allí donde lavarse (el tío entro solo en la meta lleno de moscas). Pero eso era solo el principio, a partir de ahí siempre cuesta arriba y campo a través, la cosa fue empeorando y el grupo dispersándose, descubriendo los misterios de la Sierra de San Pablo y lo absurdo de que al lugar se le conozca como Monte-llano.

Resoplando y a rastras, entre piedras y pinos, fuimos recorriendo la Sierra, sin saber exactamente para donde mirar, si a las marcas que indicaban el camino a seguir , en cuyo caso te dabas de morro contra el suelo, o mirando al suelo, pasarse una marca y aparecer en Ronda. Yo venía preocupado por saber como me iban a recoger si me quedaba por el camino (quizás en burro-escoba). Llegamos a ver a unos lugareños degollando a un cordero, lo cual nos dio ánimos para apretar el paso, por si acaso.

Ya acercandonos a la Meta, y tras un autentico sendero de cabras, nos encontramos en una pared vertical a la que tuvimos que trepar ayudándonos de una soga amarrada a una gran roca (me agarré tan fuerte para poder subir, que creí que me la tiraba en la cabeza). Y ni os cuento esa bajada con rocas sueltas, barro, yo parecía el "Chiquito" en una de sus actuaciones estelares y casi un kilometro por el cauce seco de un arroyo, que costalazos. Cuando ya casi en la entrada pisamos nuevamente el asfalto, yo no era capaz de andar derecho y casi tienen que venir a buscarme.
















Para el Equipo todo un éxito, Lopera y Fátima, pisando podio (bueno yo también lo pisé , cuando me acerqué para hacerles una foto) y todos terminamos la prueba, incluso en buenas posiciones, que conste. Quizás a Ricardo le pesaron demasiado los "pantys" atléticos con los que se pertrechó, pero estaba muy gracioso. Y al final pudimos refrescamos con abundante cerveza, chorizo, morcilla, incluso llegamos a ocupar la caseta de la organización, usurpándoles la mesa de las clasificaciones, para vaciar los cestos que traíamos para "reponer", exponiendo para la envídia del resto de participantes, la Empanada (mu rica), Tortillas, Fuente de Ensaladilla, Peaso- Ensalada, Queso, "la patatera" de Maribel, "que pechá comé" nos dimos. Incluso café y postre con el dulce que le tocó en el sorteo a Justo ( la garrafa con los 5 litros de aceite que tambien le tocó, se la llevó Antonio, para darsela luego)

Y por fin, llegamos a descubrir de donde saca el Lopera su energía, localizando el emplazamiento de la pila alcalina (se estuvo paseando por toda la plaza, con una pelota escondida a la espalda, bajo la camiseta, mientras jugaba con Candido y parecía un cruce de tortuga, con el Igor del jovencito Frankenstein, hay testimonio gráfico de ello).

Domingo Pérez